El poema Riqueza de la sección alucinación del libro Tala de Gabriela Mistral, es la fuente de inspiración del segundo trabajo de Calandria. La musicalización de la naturaleza penitencial de las palabras de Mistral parte con la voz de Pauline, que se alza como un pregón que tantas veces hemos escuchado en las calles del continente americano, un espíritu popular que en clave de eléctricas cuerdas rock y con toques sincopados, en poco de menos de dos minutos brinda un homenaje a la poetisa chilena.